¿Qué es la poesía? ¿Quién es un poeta?

Hay mucho escrito sobre esto. El otro día iba en coche en un trayecto medianamente largo, y pensé acerca de esto. Acababa de escuchar unos comentarios sobre lo que significaba la poesía para una persona, y a continuación escuché una canción de Clara Hache titulada «El escritor». Transcribo la última estrofa:

Y no fue fácil, el sentirse vulnerable, el sentirse pequeñito al perderse en cualquier parte.
La soledad acechaba a cada instante y le permitía ver lo realmente importante.
El valor de cada uno de sus días, el poder de una mirada, la fuerza de una caricia.
Al llevar una vida tan distinta, una vida más humana, una vida más vivida.

¿Qué palabra se me coló en la mente para «identificar» a un poeta? Es una persona incómoda. Inconformista no me convence aunque quizá suene mejor. La palabra es incómoda: vive así, incómodo porque muchas veces si mejor compañero de camino será la soledad para poder penetrar con la mirada aquello que observa.

Vive incómodo porque en ocasiones las palabras se quedarán cortas, resultarán insuficientes o incluso inútiles.

Vive incómodo porque podrá percibir cierta incomprensión o sorna en su entorno: «¡Eh, baja a tierra!».

Vive incómodo porque la sensibilidad que le ha sido dada tiene dos caras: capacidad de disfrutar y de vivir intensamente cada instante, y capacidad de sufrir porque «nota» y siente más.

Vive incómodo porque ha de manejar continuamente con las manos y el alma dos ámbitos de la realidad: la tangible y la que trasciende.

Y también incomoda a la gente que le rodea: porque le sacude o golpea de sus inercias y cuesta romperlas.

Incomoda porque pone ante los ojos realidades que despiertan de la indiferencia cuando se duerme mejor así.

Incomoda porque pocas veces encuentra satisfacción en el mero reconocimiento y en las voces que aclaman, yendo al revés que el mundo.

Incomoda porque, recurriendo quizá a un lenguaje cotidiano, habla para quienes tengan una escucha profunda (o deseen tenerla).

Incomoda porque posiblemente no tenga una respuesta o una solución rápida a un problema, pero se contará con su humanidad.

En fin, para mí el poeta sabe vivir incómodamente entre la palabra y el silencio. Porque los silencios también son poesía, más difíciles de leer y de comprender, pero que se viven igualmente, o incluso más que las mismas palabras.

¡Qué difícil puede ser la elección entre la palabra y el silencio! Pero el poeta va descubriendo cuándo es mejor callar para que «aquello» hable por sí mismo. Va descubriendo cuándo es mejor dejar que el pajarillo vuele en lugar de pretender poseerlo con sus manos…

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