Los límites de mi lenguaje son los limites de mi mundo… Me gusta mucho esta frase porque refleja lo que realmente sucede en nuestro interior, en todo el mundo que llevamos dentro y que está en constante crecimiento enriqueciéndose con lo exterior que percibe.
Cuantas más palabras y cuantos más conceptos con sus matices se aprenden (y se aprehenden), más profundidad de pensamiento hay, mayor conocimiento. Aunque también ciertamente más desasosiego (si no se acepta nuestra condición limitada), porque se capta todo lo que queda aún por conocer.
Esta realidad me habla de complejidad: la realidad que nos rodea es compleja, los seres humanos somos complejos, el pensamiento, al hacerse profundo y certero, se hace más complejo…
Pero esto no quiere decir complicado. Los sinónimos guardan sus diferencias de matices.
🎶Porque eres más complicada / que armar un mueble de Ikea🎶. Esta canción de Un pingüino en mi ascensor me suele venir a la mente con ciertos comentarios.
Imagino que ya os habréis dado cuenta de que soy una persona reflexiva. Me gusta pensar, filosofar, hacerme y hacer preguntas, cuestionarme las cosas… Y he observado que gente más impulsiva, o más de acción que de reflexión, suele decir que las personas que piensan tanto son complicadas.
La verdad es que nunca me he dado por aludida. Y es que he descubierto otros pares de palabras que parecen similares pero que no lo son:
Complejidad vs complicación.
Sencillez vs simpleza.
Una persona o una idea puede ser compleja y sencilla, o complicada y simple. Sin embargo, pienso que complejidad y simpleza, y complicación y sencillez no pueden ir de la mano…
Detectar la esencia de algo me permite captar lo complejo que es por profundo, pero a la vez sencillo, porque es lo que es. En cambio, la complicación suele ir acompañada de una simpleza de mirada, de palabras… que tratan de aferrarse a una realidad pero no pueden.
Quizá no estéis de acuerdo…
También pienso que un pensamiento complejo, o sea profundo, y sencillo es más flexible, abierto y dispuesto a cambiar que otro complicado y simple, porque por lo general su criterio se centra en sí mismo y sus propios esquemas.
