El coronel no tiene quien le escriba, G. García Márquez
Su esperanza reside en una carta. No llega, y cada semana acude a correos.
Diálogos desconcertantes en una situación amarga. Cada palabra que se bebe deja un regusto agrio. García Márquez, genio en la escritura y rompedor de normas literarias, continúa en esa línea pesimista, desesperanzadora, angustiosa, logrando transmitir su propósito: la eterna espera.
En esta novela breve, deposita la posibilidad de escapar de esa realidad aplastante en dos elementos: una carta y un gallo. Una carta que le puede traer un dinero prometido por haber luchado en la Guerra de los Mil Días; y un gallo que le recuerda a su hijo muerto y que lo utilizará para una porra con el fin de conseguir dinero.
¿Cuál es el punto de inflexión? El coronel va negando las fuentes de alimento a su mujer y a sí mismo para dar de comer a ese gallo… ¿Se trata de una situación sostenible e improrrogable?
Tengo 32 años, y soy Licenciada en Filología Hispánica (con la especialidad de Lengua). Una de mis pasiones es la lectura: aprender todo lo que me muestra un libro, desde una cultura o época desconocida hasta formas de ser con las que tropiezo diariamente. Las páginas de un buen libro me ayudan a conocerme a mí misma, a los demás... creciendo en un autoconocimiento que es apoyo para enfrentarme a mis realidades y circunstancias; y fortaleciendo una empatía con personas que, quizá, de modo natural nunca me hubiera acercado... Mi segunda pasión: escribir. Lo que veo, lo que vivo, lo que siento, lo que oigo... Transformar las imágenes de un pensamiento en palabras que pueden ser reconocidas por otros, para vivirlas más intensamente.
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