No estás ante una novela epistolar, ni ante unas cartas que narran las vacaciones o el día a día de Rilke… El destinatario de éstas se trataba de un cadete que se iniciaba en el mundo del verso.

La poesía, al ser de palabra precisa, al buscar un movimiento interno en el otro, puede convertirse en el modo de entender grandes verdades universales. Rilke no ofrecía consejos sobre cómo escribir formalmente poesía, sino que profundizaba en la esencia del ser humano y lo que lo rodea: ayudaba a avanzar en esos pensamientos para después condensarlos en versos.

Al joven poeta le cuesta ese ejercicio de reflexión casi filosófica de lo que supone la creación artística, la vida, la muerte, el amor, lo trascendental… En la segunda carta, Rilke lo invita a hacer poesía para comprender el mundo.

Tras la lectura de cada carta, una relectura de los párrafos que más te hayan impactado: seas poeta o no, artista o no, encontrarás nuevos enfoques de lo que tienes alrededor que te harán ahondar aún más.

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                                  ELVIRA

2 comentarios sobre “Cartas a un joven poeta, de Rainer Rilke

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