Relato novelado de un hecho real, prácticamente convertido en leyenda. Kafka, aquel escritor joven y algo excéntrico, enfermo y rozando la muerte, se encuentra sin pretenderlo con una niña llorando desconsolada. Mira hacia los lados: no tiene experiencia con niños, pero no ve a nadie que acuda a su auxilio. Así que, lo hace él.
«He perdido mi muñeca». Kafka queda totalmente desarmado: ¿qué se le dice a una niña en semejante apuro? ¿Qué tiene que hacer para explicar ese suceso? Entonces, se activa su mente de escritor: la muñeca se ha ido de viaje, porque ha llegado su momento. Y tiene suerte la niña porque él es el cartero de muñecas.
Desde aquel instante, cada día le llega a la niña una carta de su muñeca que va viajando por distintos países. Hasta que la novia de Kafka le golpea con una frase realista: ¿no pretenderá mantener esta correspondencia durante días sin fin?
¿Cómo cortar esta relación de manera que no sufra la inocencia de la niña?
La leyenda ha llegado a nosotros sin conocer datos de la niña ni las cartas escritas por el genio escritor, que interrumpió su literatura por socorrer a una niña.

Lo leí hace relativamente poco y me pareció una historia muy entrañable. Un saludo Elvira.
Me gustaLe gusta a 1 persona