Se me rompe la voz cuando musito esas dos palabras.
Breves y que guardan esperanzas;
se dibujan en los labios de muchos,
y quién sabe si sucederán.
Una promesa por cumplir,
el sustrato de un deseo
que ansía retroceder en el tiempo,
o detenerlo;
revivir esos lugares;
hablar y escuchar las palabras conocidas con aquellas personas.
Se me cae la voz tras lanzarse al precipicio
de la simple expresión.
Se destroza dejando jirones de sonidos en los distintos rostros.
Se me ve la voz hecha añicos,
anhelando que vuelvan a unirse
para dar vida a la esperanza.
"Hasta luego".

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