¿Te has preguntado alguna vez cuál es el valor de una vida? Aquella mañana, la de mi hermano valía un reloj de bolsillo.
Se habían llevado a mi padre. Y de repente, nos tocó a nosotros: nos detuvieron a mi madre, mi hermano y a mí. Ahí empezó el viaje hacia el interior de la desesperación y la lucha sin fin por la supervivencia.
Mi madre nos sostuvo en todo momento: la esperanza estaba en encontrar a mi padre. ¿Qué podíamos hacer para tratar de hacerlo? A mí se me ocurrió ir dejando dibujos a modo de mensajes: sólo él podría reconocernos detrás de ellos.
Sin embargo, este talento pronto se convirtió en un riesgo para mí.
Los soviéticos nos hicieron pasar de todo. La crueldad y dureza las encontraréis entre mis páginas… Y quisieron utilizarme. En realidad, nos utilizaron a todos para distintas cosas: espiar, dar placer, acusaciones, humillaciones gratuitas…
El destino era Siberia. Hambre. Frío. Duro trabajo en medio del desmayo, el miedo y la sospecha.
No obstante, se me encendió una llama dentro… ¿Sería posible? ¿Sería posible encontrar mi amor en un lugar como éste? ¿Sería posible fiarme de él o…?
¿Qué era más difícil, morir o ser el que sobrevive? Tenía dieciséis años, era huérfana, estaba en Siberia, pero lo sabía. Era lo único sobre lo que no tenía dudas, nunca: quería vivir. Quería ver crecer a mi hermano. Quería volver a ver mi patria. Quería ver a Joana. Quería volver a sentir el aroma de las lilas que la brisa traía hasta mi ventana. Quería pintar en los campos. Quería ver a Andrius con mis dibujos. En Siberia solo había dos escenarios posibles: el éxito significaba sobrevivir, el fracaso significaba morir. Yo quería la vida. Quería sobrevivir.
Una única advertencia: desconozco cómo te afectará mi historia. Notarás conmigo el pinchazo sin piedad del hambre, el frío que corta la piel y el alma, la muerte que pasa cerca… Más cerca de lo que te puedas creer.

impactante este libro. De los que dejan huella. Hasta donde puede llegar la crueldad humana y hasta donde su capacidad de lucha por la supervivencia. También de la bondad y entrega sin límites. Totalmente recomendable
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