¿Un título rimbombante? Quizá. Pero repítelo un par de veces para tus adentros… y mira el índice.
Como ves, son pequeños episodios históricos novelados. Más que novelados, el autor se ha impregnado de la época, el hecho, las circunstancias y los personajes. Se ha sumergido haciéndose uno con todos esos elementos para poder relatarnos de forma concisa aquellos hitos históricos «desde dentro».
No mantiene exclusivamente la postura del historiador, sino que quiere transmitir ese «momento estelar» desde lo más interior de aquellas personas involucradas.
Sabemos que Haendel compuso «El Mesías» en 1741. Sin embargo, ¿cómo brotaron desde su interior aquellas notas que acabaron componiendo tal obra espectacular? ¿Qué tuvo que ver su vida personal con aquel estallido: «Aleluya»?
Seguro que sabes tararear la Marsellesa… ¿qué personaje anónimo la compuso? ¿En qué circunstancias se encontraba?
¿Qué sintieron los conquistadores de Bizancio? ¿Y el que intentaba inventar lo que sería el telégrafo?
Generalmente, nos aprendemos de memoria miles de datos históricos… pero sólo son datos. Nos fijamos, y hacen que nos fijemos, en los resultados… El camino hasta llegar a ellos, ¿es menos importante? ¿Únicamente hay que aprenderse las respuestas del Trivial?
Los momentos estelares surgieron de hombres: limitados, con sufrimientos y vivencias, ¡con vidas! No nos quedemos en listas de datos…
