Gracias a La hora de Berlín

LaHoradeBerlín

Palabra…

Un verbo y un pronombre.

Mientras nombre,

aún participio…

Palabra… Infinito silencio.

¿Paradoja? Tal vez.
Silencio elocuente

que se calla palabras.

Un no-sonido que habla

escuchando.

Palabra pronominal,

en un pleno participio,

vaciando el verbo

con su presente.

Pesa lo quieto;

resuena lo callado.

El nombre… cierra los labios.

Y se extiende.

No obstante… tú lo robaste.

Me quitaste aquella palabra,

escondida,

silenciada por la ausencia de verbos.

Tú, legión de palabras,

agarraste mi propio silencio,

encarcelándolo en pretéritos y futuros.

Un hueco… callado, sí, quizá,

pero absurdo.

Vertido en una sutil verborrea,

irrefrenable.

¡Lejos!

¡Aparta!

Vuelve, silencio lleno;

acude, palabra quieta.

Verbo mudo y pronombre con voz,

participio en gerundio.

Así, largo presente…

Palabra, escrita o pronunciada,

pensamiento en altavoz,

o silencio… siempre certero.

Forjas con tu cincel callado,

con tu martillo insonoro.

Un silencio en movimiento,

que aquieta los nombres verbales,

… y los pronombres en participios.

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