Una «nivola» escrita por el mismo creador de este género: no tendrá más seguidores, pero marcó un modo de escribir relacionado con la metaliteratura.
La historia parece de lo más cotidiana dada la época en que se desarrolla: Augusto, joven huérfano y bien posicionado, se ha enamorado de una pianista, Eugenia, que le rechaza con su desgarbado genio desde el primer momento.
Comienzan los soliloquios de Augusto, o sus diálogos con amigos, especialmente, con el fiel canino Orfeo. Empezamos a experimentar la angustia del protagonista, y vemos cómo su perturbación interna crece: al enamorarse de una, resulta que se siente atraído por varias; se confunde por las decisiones que toma o que ha de tomar… Y el colmo lo tiene la burla, cuando pensaba que al fin todo estaba reconduciéndose…
La «nivola» aparece explicada por uno de los propios personajes, que escribe bajo esta técnica, y se la cuenta a Augusto. Y de la «teoría» pasamos a la práctica en las escenas finales, cuando Augusto va a visitar a don Miguel de Unamuno, y descubre que no está ni vivo ni muerto: ni siquiera existe, pues es un personaje de ficción de Unamuno. Augusto se rebela, y afirma ser él el que tomará las riendas de su vida, incluso la de su «creador»… lo que le hace dudar a don Miguel acerca de su poder…
¿Sueño? ¿Realidad? ¿Juego? ¿Técnica?

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