No sé si alguno entre vosotros habrá pensado que hacía mucho que no salía una publicación del blog: ni un título de un libro, apenas una palabras de reflexión o para compartir…

He decidido tener un parón, y a la vez que estoy leyendo este libro de Marcel Proust, me he lanzado a tratar de descubrir dónde puede encontrarse mi tiempo, mi lugar, mi trayectoria a partir de ahora… El 31 de diciembre tuve una pequeña crisis: ¿Realmente qué quiero con este blog? ¿Qué busco: ser crítica literaria, dar a conocer mis escritos…? ¿Necesito reinventarme en otros canales como Instagram, Twitter o podcast?

Y he tratado de mirarme con sinceridad: «los blogueros dan el ‘like’ de forma automática, los comentarios que tienes suelen ser de gente que te conoce, no tienes herramientas para dedicarte a ser mínimamente influencer… Y no quiero ser crítica literaria».

Tras estas premisas, estuve pensando si empezar una cuenta en Twitter o en IG… De momento, lo voy a dejar pasar, porque me seguiría volcando hacia fuera, hacia un mundo de postureo de ‘likes’, cuando realmente quiero hablar y compartir lo que aprendo de lo que leo y dedicar parte de mi tiempo a escribir. Ya veremos más adelante.

Sí. Quiero escribir. Llevo años contemplando mi imaginación con sus historias y novelas y comienzan a quedarse como unas ruinas. Porque busco tiempo para lo de fuera, lo que «hace ruido», lo que puede recibir una aprobación, en lugar de sentarme en mi tiempo libre con boli y papel en mano y construir y destruir personajes, historias…

Tampoco quiero deshacerme de este blog del que tanto he aprendido y en el que tanto he volcado y en el que quizá siga compartiendo ocasionalmente, pero he cambiado el aspecto… Ha habido un cambio.

He tenido que viajar a Sicilia en este comienzo de año para mirarme en esos restos de templos y anfiteatros. Ahí están, perduran: he podido contemplar siglos y siglos de historia porque cuando los griegos y los romanos hacían algo, miraban lejos, al presente y futuro a la vez, soñaban con que su alma permaneciera de algún modo tallada en las rocas.

Mi sueño es que mi alma quede grabada en páginas, no comentando acerca de libros, sino mostrando retazos de inmortalidad participando de la historia universal que somos y de la que forman parte tantos. Dudo sinceramente llegar a tanto, pero al menos, realizar el esfuerzo de hacerlo: por el bien de cultivar mi interior, aunque no reciba aplausos.

Gracias por estos años. Gracias por lo que vendrá.

6 comentarios sobre “En busca del tiempo perdido

  1. Me da mucha pena no volver a compartir libros, poesías, pensamientos…..cada semana, era un ritual para mí. Pero comprendo, que hay momentos en los que uno tiene que replantearse un cambio en la vida, tienes una edad ideal para ello. Ánimo……y ojalá algún día volvamos a reencontrarnos en este vuelo de ansar.

    Le gusta a 1 persona

  2. Hola Elvira, soy Fernando del antiguo club de lectura de Sotillo donde nos conocimos.
    Creo que tienes la suficiente vida interior, aparte de tu preparación literaria, para que vayas por el camino de expresarte con la escritura, creo que no te arrepentirás y menos los que te leamos.
    Cuando vaya por Sotillo intentaré ir a verte si puedes recibirme.
    Un beso y adelante
    Fernando

    Le gusta a 1 persona

    1. Fernando, ¡Cuánto tiempo! Ya no estoy en Sotillo, he vuelto a los Madriles. Muchísimas gracias por tus palabras: me impulsan en este momento, y además viniendo de una persona que conoce lo suficiente el mundillo, y un poco a mí. No me merezco esas palabras, pero me sirven de ánimo y las releeré cuando tire los papeles y me desanime al ver que no avanzo quizás… Nos veremos pronto, Fernando. Un abrazo enorme

      Me gusta

Deja un comentario