Siendo jóvenes, el amor deslumbra, ciega. De hecho, puede ser un fulgor por el que se admira a una persona… excesivamente. No es algo negativo, pues es propio de la edad.

El engaño viene si se pretende mantener el mismo fogonazo pasional. Es lo que le sucede a la protagonista, casada con un hombre mayor que ella. Mashenka y sus hermanas han quedado huérfanas, pero son ayudadas diligentemente por Serguei, su tutor. Ella se enamora y se casan. Vive un idílico amor hasta que se trasladan a San Petersburgo, donde el lujo, la vida social… provocan  enfriamiento, malentendidos… Las crisis pueden acabar en un crecimiento o en una quiebra. Lo que se aprende de estas páginas es que el amor adquiere diversas tonalidades según avanza. Comprobamos de la mano de Mashenka que es una ingenuidad negarse a este hecho.

Su pensamiento: «Los antiguos sentimientos tornáronse queridos y se convirtieron en recuerdos irrevocables».

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                                  ELVIRA

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