
Inauguramos el mes dedicado al libro, a las letras, con este ejemplar del siglo XVIII español. Procuro ocasionalmente girar mi mirada hacia atrás, hacia mis antepasados, clásicos o menos clásicos, para aprender de ellos, para captar lo que me muestran entre sus líneas.
Un manuscrito hallado se constituye como causa de esta obra: una serie de cartas procedentes de distintos autores, y que se interrelacionan entre sí (Gazel, Nuño y Ben-Beley). Entran en juego dos culturas distintas: Marruecos y España. No obstante, bien conocidos entre ellos.
Dicho juego otorga al autor, oculto tras ese manuscrito encontrado y fielmente transcrito, cierta imparcialidad. De este modo, puede emitir juicios acerca de distintos aspectos, desde el uso de la lengua española, cuya evolución a veces unida a lo coloquial provoca su difícil entendimiento, hasta la falta de educación de la juventud, diferentes problemas de la España de esa época…
Comienza a preparar el camino de otro autor que tomará ciertos rasgos para poner sobre el papel una serie de cuestiones con el fin de provocar una reflexión mediante la ironía y el sarcasmo: Larra.