Lo siento: no te voy a presentar una fórmula mágica para lograr saltar aquello que te separa de conseguir escribir una novela. O al menos… escribir algo más que la sucesión de tus pensamientos.
Te invito a cambiar de perspectiva. No, mejor: a transformar tu mirada. No pienses en historias y acción, sino en personas… Y el camino más rápido para lograr profundizar en ellas, en los distintos caracteres y reacciones, en los sentimientos, etc., se encuentra en la poesía.
Por su lenguaje preciso, por los matices diferentes de las palabras y por su capacidad de calar el espíritu humano, ayuda a crear personajes reales e inspiradores, sobre los que se sostendrá tu novela.
¡Ah! ¿No escribes? Pues también te permitirá mejorar tus relaciones con las personas de tu entorno: las conocerás profundamente aprendiendo a apoyarlas, animarlas, quererlas.
Los grandes novelistas son poetas. Hay muy pocos de éstos. Para que una novela sea poesía es menester una intuición creadora particularmente vigorosa, capaz de llegar a las recónditas profundidades interiores de otras subjetividades humanas que viven en la obra. Esto es posible sólo porque la intuición creadora de un gran novelista supone (…) ese conocimiento poético de otras subjetividades a través de sí mismo, ese conocimiento obtenido por la connaturalización afectiva que le permite penetrar los caracteres de sus personajes y prever sus acciones a través de sus propias inclinaciones…
La intuición creadora en el arte y la poesía, de J. Maritain