En una ocasión me recomendaron un libro: Autorretrato con radiador; me apunté el título pues me llamó poderosamente la atención. Pero quedó en el olvido… Hasta que años más tarde, revisando la librería de mi madre (donde me encanta asomarme de vez en cuando para dejarme llamar por algún libro), mis ojos tropezaron con el singular título. Lo cogí y vi que se trataba de una edición simple, con tapas semiduras, poco atractivas.
Pero ahí estaba… Lo leí. Dentro de poco dejaré hablar a este libro en una entrada. Ahora quiero mostraros al autor, un francés con alma de poeta. Cada libro suyo es una obra de arte, una pintura abstracta y concreta a la vez. Habla de conceptos, sentimientos y sensaciones a través de palabras vividas y experimentadas. Al investigar acerca de él, me he encontrado varias entrevistas suyas, de las que se pueden extraer numerosas ideas acerca del papel del escritor y sobre la escritura.
Me temo que tomaré palabras suyas ocasionalmente. No creo que me pueda resistir. Y espero que os gusten igualmente a vosotros, o al menos provoquen en vosotros una reflexión sobre el arte de la escritura, que viene a ser el arte de la vida.
-Vamos hoy a hablar de la escritura, que es su trabajo, y usted dice que no es un trabajo serio. ¿Acaso no lo es?
Entiendo por serio algo que es inmóvil y que impide que la vida circule libremente. Es una actividad muy seria porque supone nombrar lo frágil de la vida, darle un nombre, de tal forma que ése nombre la protege. Por lo tanto es una actividad muy seria pero, aquel que la ejerce sería mejor que no se tomara muy en serio a sí mismo
-Cuando hablamos de la escritura, en sus diferentes libros, por ejemplo “Autorretrato con radiador”, escribe: “Me hice escritor, o más exactamente, me dejé hacer escritor para disponer de un tiempo puro, desprovisto de cualquier ocupación seria”. Más adelante: “Escribiré mientras tenga dicha y sorpresa escribiendo. Si un día esa dicha y esa sorpresa toman otros caminos, los seguiré” ¿Le sorprende esto?
La escritura es un modo de descubrir la verdad. No la conocemos y de repente, de golpe, sabes que tal o cual palabra es la justa, lo sientes. Como cuando alguien habla al oído, sabemos si miente, si cambia las cosas o si es verdad. Nunca sé por adelantado lo que la frase me va a enseñar sobre mí o sobre el mundo.
Es maravilloso leer Christian Bobin. No sé si hay traducciones al español pero si puedes lea sus libros «Le trés bas» o «La grande vie.» Kenza.
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He leído El bajísimo, que sí que está traducido… es increíble… Me alegra conocer a alguien que le gusta. El otro título me lo apunto
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Gracias a ti. Un placer leerte también. Kenza.
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Impacto total. Ahora mismo me pongo a buscar algo de él para leer
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Tengo varias entrevistas buscadas, por si quieres que te pase más. Es un autor increíble
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cocinaparagordos@gmail.com este es mi email, para lo que tengas a bien.
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