El poeta perfora agujeros en el hueso del lenguaje para hacer una flauta. Eso no es nada pero esa nada habla de lo eterno. Nadie está tan solo como el sonido de una flauta.
Negro Claro, de Christian Bobin
Hacía mucho que no traía a mi mente y a mi teclado a este autor. He revisado notas que tengo guardadas en Drive, y me han salido a mi encuentro…
No me atrevo a suplir con mis palabras la idea sugerente que yace en estas líneas.
Música y poesía; sonidos delicados que asumimos por nuestros sentidos hasta clavarse en lo más profundo del alma.
Letras y materia; logran elevar el lenguaje, transformar un simple hueso, un recurso cotidiano, en un instrumento para hacer arte, para «ser arte».
Porque la poesía, y la música, guardan en sí su arte, no dependen de quienes lo interpretan: éstos facilitan la transmisión. De ahí, la importancia de «ser» poeta, «ser» músico, «ser» pintor… para «ser» arte.
Y «siendo» arte, robar un pedazo de eternidad.
Vuelves a traer a tu blog, uno de los grandes, Bobin siempre poeta, siempre agudo, nada se le escapa a su mirada, hasta lo más trivial es transformado por su inteligente mirada, sus metáforas son tremendamente audaces…… Bobin, siempre admirado…..Muchas gracias.
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