
Un buen intento para acercar dos opuestos, la vida y la muerte, con la pregunta acerca de su sentido.
El protagonista retoma el contacto con un profesor de la universidad, enfermo de ELA, y comienza a visitarle cada semana. El encuentro se llena de preguntas y reflexiones, desalientos y ánimos… Resulta paradójico, pero el enfermo aconseja y conforta al joven con sus palabras: sólo quien está al borde de vivir uno de los misterios del hombre dándole sentido es capaz de hablar así.
No obstante… sabe a poco. Quizá porque me leí antes La última lección o El hombre en busca de sentido. Por tanto… aconsejo invertir el orden, o no llenarse de expectativas (quizá fuera el otro error).
ELVIRA
Estoy de acuerdo es un libro con más perspectivas que contenido, yo acababa de leer Resucitar de Christian Bobin, sobre la muerte de su padre, y no tiene color, ni en la forma ni en el fondo.
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